Bueno Amigos, aquí escribo nuevamente desde mi interior, donde todo brilla y sin dejar pasar esta Pandemia, triste para muchas madres, ansiedad para algunas abuelas. Así fue, fue como una catarsis, ustedes saben que trabajo en lo que más me gusta ; Coaching grupal e individual y las energías están siempre presentes en mi trabajo, en fin, lo que quiero decir es que se volvió un estilo de vida y apliqué muchas herramientas estos día, además fue mi cumpleaños 60; demás está imaginar mi sensibilidad, tengo bastantes rescates, sin embargo el no poder abrazar a mi nieto, fue un reventón de emociones, Exploté.
Fue una nube negra, una muerte quizás, donde sabía que vendría la vida, sin embargo la nube negra se me instaló un buen rato y como el cuerpo habla solito, lo dejé que hablara, entonces liberé mi tristeza infinita y lloré mucho, muchas veces en el día y me dí permiso, en mi esencia, mi ser más profundo, fue un alivio en realidad, fue un mar profundo Calipso-verde que me pude hundir y mirar tranparente en mi soledad. Claramente cuando tapamos las emociones más fuertes , se llena el pozo de negro y sube la amargura.
Entonces ,me invité a explorar, esas aguas maravillosas de reconocer que tengo toda una vida plena hoy y mañana. Tengo la alegría de tener un nieto grande ( ni tanto), que se da cuenta que su abuela ( casi abuelita me dice), también llora y él la puede consolar y así fue, Tremendo Momento.
Y así la vida sigue, con esperanza real no la inventada, la real , la que se siente. Por muchas herramientas que tengo, lo más brillante es ir adentro en honestidad y cariño, sacando lo mejor de mí.
¿ Que de bueno saldrá en este confinamiento?
Adentro está la respuesta.
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